lunes, 30 de noviembre de 2015

EI TERCER GRAN TABU EN SUIZA: EL DINERO muahahahahahaaaa.

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Hoy me desperté casi a medio día. Tuve que llevar algo a la oficina donde trabajo y como me queda cerquita de casa, me puse un abrigo y unas botas y me dejé el pijama puesto para regresar y meterme nuevamente a manguarear en la cama, en realidad tengo un montón de cosas que hacer, pero es que el cuerpo me pedía no hacer nada, imagínense que hasta me dio hambre y ni quise levantarme a comer!!! El día, bueno si a eso se le puede llamar día, estaba frrrrriiiiiooooo, lluvioso y gris, uno de esos típicos días en que solo movería un dedo si me pagan(y como los días libres no me los pagan…) Sin embargo, me esforcé por hacer algunas cositas: Me lavé los dientes, desayuné a las dos de la tarde, guindé un adorno de navidad en la puerta del apartamento, traté de pagar casi todas las cuentas online ; Pero me dio flojera, así que decidí seguir manguareando y luego encontrarme con mi amiga la gochita para irnos al gimnasio juntas. Llegué hace como hora y media, naturalmente, lo primero que hice al llegar fue chismear con gente en el WhatSapp y leer chistes del Facebook; pero el sentimiento de culpa no me dejaba, así que decidí ponerme a ordenar los periódicos y cartones para sacarlos pasado mañana que me toca botar papel y cartón. De repente me encuentro con un periódico que en realidad no quería botar junto con los otros, porque estaba interesada en leer los tips de una actriz norteamericana para evitar la resaca, y volví a sentarme, esta vez en la mesa de la cocina con intención de leer la entrevista; pero hubo una reseña que llamó tanto mi atención, que olvidé del todo los consejos para no enratonarse, y me dediqué a leer la principal razón por la que muchas parejas en Suiza no se divorcian: El dinero.
La causa de mi sorpresa no fue el contenido del artículo en sí, de hecho “mi misma” salto de inmediato diciendo, irónica como siempre. “Hay sí!! Descubrieron el agua tibia!!” La razón de mi sorpresa es que en este país no se habla de dinero. El dinero es uno de los temas más delicados por no decir incómodos que se pueden tocar con un suizo. Si una pareja que evidentemente no funciona continua junta por los siglos de los siglos amén, ellos jamás van a decir abiertamente: “No me separo para no tener que gastar en otro apartamento, comprar muebles y sobre todo, pagar la mitad de mi pensión” Nunca te lo dirán!!  Te van a dar dos mil quinientas razones lógicas e ilógicas pero de la plata no te van a decir nada.
Como les comenté en otra ocasión, en Suiza es de muy mal gusto andar quejándose de los problemas, pero quejarse con un suizo de problemas económicos es un crimen. De verdad!! No exagero!! No lo hagas!!
Si finalmente tienes un pana Suiz@. Ni se te ocurra ir a decirle: “Oye mi pana no voy a poder ir con ustedes al viaje que están planeando porque no tengo suficiente dinero” o preguntarle cuánto gana, si lo haces, lo perdiste L
Aquí el dinero importa, y mucho. No se habla de él porque es algo tan vital para esta cultura, que la moral no le permite a la mayoría, expresar cuán importante es el tener dinero en esta sociedad. Moralmente el materialismo, el amor al dinero y el temor (aquí seria terror) de perderlo, es muy mal visto en las sociedades occidentales. Sobre todo las culturas de origen protestante, tienen esa doble moral muy arraigada, porque Lutero y sus amigos, predicaban el desapego a los bienes materiales, la vida sencilla y sin lujos, la caridad y todas esas cosas que se contraponen al despilfarro y el bochinche católico de aquellos tiempos. Pero la verdad, la triste realidad, es que a todos nos interesa el dinero. Por el dinero nos levantamos a la hora que sea, con el clima que sea y salimos a trabajar, nos calamos a toda clase idiotas que a no ser por el sueldo que recibimos, seguramente cruzaríamos la calle al verlos acercarse de lejos. El dinero sirve para casi todo, casi…
En este aspecto he tenido que acostumbrarme. Les confieso que al principio cuando me quedé sola con mis hijas aquí en Suiza y me ponía a contarle a las otras madres suizas todos los problemas económicos por los que estaba pasando, y ellas me veían con una cara como si estuviesen escuchando que me comí a un gato vivo con pelos y todo, me daba la impresión de que su expresión facial se debía a que mi alemán de entonces era muy básico y no podía expresarme correctamente; pero tampoco era para que evitaran mi presencia. Luego de muchos años, me di cuenta que si en vez de contarles a mis conocidas y admiradores sobre mis dificultades económicas les hubiese dicho que me gustaba comer gatos vivos, con pelos y todo, no les hubiese dado tanto asco.
Nosotros somos todo lo contrario!! Cuando trabajaba en aquella exclusiva tienda por departamentos, vendiendo bisutería barata a precios de oro puro para el argentino aquel, venían semanalmente dos mujeres: una dominicana y una suiza. La suiza se quedaba raaaaatoooo, mirando todo, probándose cositas, a veces se dejaba una pulserita de amatistas y se la miraaaaabaaaaa y yo le decía: “¿Le gusta? ¿Si quiere le hago un buen precio?” Y ella respondía; “me lo tengo que pensar…”
La dominicana venía, a veces sola, a veces con una amiga, se probaba todo y comentaba sobre cada cosa: Siempre se antojaba de los anillos más caros, yo creo que era una excusa para comenzar la letanía: “ E’ que eto ta muy caaarooooo!!! Oh!! La Larimarl e’ de mi paí!! No mi amol yo no tengo tanto cualto!!! tengo er librito amarillo lleno de cuennnnta pa´ pagá y er tigre ese suizo que tenía, er buen frejco, que no essss capaj de hacele ni un regalo a uno!!...” y etc.,. 
Uno no le para bolas a eso, el decir no tengo plata o eso está muy caro es parte de la cotidianidad. Por eso no vamos a ser ni mejores ni peores personas. De igual manera hay muchos latinos a quienes les gusta aparentar lo que no tienen y gastan más de lo que pueden para mostrar lo que no son. Eso es algo que yo admiro mucho de esa gente: La sencillez, sea por la razón que sea, aquí hasta el más platuo  anda en bicicleta, viaja en tren y viven de la forma más discreta posible, aunque puedan permitirse las más irreverentes extravagancias, a mis ojos, esa actitud les hace más humanos.

Bueno me voy a la camita, después les sigo contando <3 <3 <3