Hooooooolaaaaaaa!!! Que hacen? Que pregunta tan gafa!!
Obvio que están leyendo mi blog. Disculpen, es que ya es media noche otra vez y
como que no coordino. Llevo diiiiiiiiiiaaaaaassssss queriendo sentarme a
escribir un ratico, pero me distraía en otras cosas y terminaba postergandolo.
Hoy también estuve a punto de hacerlo, pero gracias a Irving, un pana que está
compartiendo el apartamento conmigo por un tiempo y quien me dijo en tono de
reproche: “Siempre dices que te vas a sentar a escribir y al final no haces un
coño” comentario que tocó mi orgullo en
lo más profundo; pero solo por cinco minutos porque al encender el ordenador me
dejé llevar por el vicio de averiguarle la vida a la gente en el Facebook y ya
a punto de olvidarme de mi propósito inicial, el mismo Facebook que es más
controlador que un novio celópata, luego de preguntarme en que estaba pensando,
me comentó como quien no quiere la cosa que ya llevaba más de cuarenta días sin
publicar una entrada en mi blog. Lógicamente mi orgullo se resintió nuevamente
y como me jacto de ser una mujer de palabra, dejé a un lado mi curiosidad banal
y aquí estoy escribiendo la primera entrada de este maravilloso 2016!! Claro
está, el Facebook como buen entrometido que es, me está enviando avisos de
notificaciones para que me desconcentre y seguramente volverme a repetir: “Ya
tienes mes y medio que no publicas nada…” pero no le voy a dar el gusto!! No le
voy a hacer caso y voy a continuar escribiendo, le voy a hacer la Ley del
Hielo!! A Irving también se la haría; pero ya no tiene sentido porque se acostó
a dormir y no se va a dar cuenta.
Este año 2016 se está convirtiendo en mi año favorito,
bueno el 2014 también lo fue, pero el 2016 me está gustando más. Sí, yo sé que
luego del 14 viene el 15 y el año pasado me ocurrieron cosas buenísimas de las
que le estoy muy agradecida a la vida; pero los frutos de muchos de los
eventos ocurridos durante el 2015 van a comenzar a verse este año.
Luego de la visita de mi mamá, una de las cosas más
relevantes que me aconteció el año pasado, fue el poder reunir a un grupo de venezolanos
residenciados en Basilea en lo que fue el “Primer Encuentro de venezolanos en
Basel”.
Venezolanos en Basel, es un grupo creado en el Facebook, el cual administramos mi amigo Gonzalo y yo desde hace casi dos años. La finalidad del grupo es afianzar los lazos de solidaridad y apoyo entre paisanos, así como también fomentar el proceso de integración en esta nueva cultura que nos está acogiendo. El evento quedó súper chévere!! Todos colaboraron con lo que pudieron, los que trajeron comida, se esmeraron en que les quedara rica. Vino gente de otras ciudades y regiones de Suiza, así como también de Francia y Alemania, incluso vinieron personas de otros países Latinoamericanos. El que nuestro evento haya tenido tanta receptividad me dio mucha alegría y satisfacción. A partir de ese evento nuestro grupo se ha vuelto más participativo y crece cada día más. Yo llevo rato diciendo que quiero regresar a Venezuela para trabajar en proyectos sociales allá; pero me di cuenta que aunque mi deseo permanezca inmutable, desde aquí son muchas las cosas que podemos hacer los venezolanos para ayudar a nuestra gente en Venezuela.
Venezolanos en Basel, es un grupo creado en el Facebook, el cual administramos mi amigo Gonzalo y yo desde hace casi dos años. La finalidad del grupo es afianzar los lazos de solidaridad y apoyo entre paisanos, así como también fomentar el proceso de integración en esta nueva cultura que nos está acogiendo. El evento quedó súper chévere!! Todos colaboraron con lo que pudieron, los que trajeron comida, se esmeraron en que les quedara rica. Vino gente de otras ciudades y regiones de Suiza, así como también de Francia y Alemania, incluso vinieron personas de otros países Latinoamericanos. El que nuestro evento haya tenido tanta receptividad me dio mucha alegría y satisfacción. A partir de ese evento nuestro grupo se ha vuelto más participativo y crece cada día más. Yo llevo rato diciendo que quiero regresar a Venezuela para trabajar en proyectos sociales allá; pero me di cuenta que aunque mi deseo permanezca inmutable, desde aquí son muchas las cosas que podemos hacer los venezolanos para ayudar a nuestra gente en Venezuela.
Como enviada por un ángel para cubrir ese deseo tan
grande de ayudar a mi gente, me contactó Orielis, mamá de Mariangel: Una
pitufita linda de dos añitos de lo más vivaz a quienes vi por primera vez en un
programa que se llama PreguntaCapriles o algo así, como es un programa interactivo,
yo les envié un mensaje preguntando como podíamos ayudar los venezolanos que vivíamos
en el extranjero y Orielis me envió un mensaje con sus datos. Desde entonces
tenemos contacto casi todos los días, ella está feliz de que hay gente que
quiere colaborar para que su niña de dos años así como el resto de los niños con cancer del departamento de hematología del J.M de los Ríos, reciban las medicinas y
los insumos para llevar a cabo sus tratamientos y yo estoy feliz porque me
encanta poderles ayudar.
Me di cuenta (a mis 41 años que parecen 16 en la mente
y 25 en la cara y el cuerpo jajajajajaja!! tan humillllldeeeee!!!) Que lo mío
es la labor social, que cuando se trata de ayudar a la gente no me canso. A mí
me gusta trabajar con gente y por esa razón comencé a coquetear con la idea de
cambiar completamente mi rumbo laboral y dedicarle al menos ocho horas de mi
vida durante cinco días a la semana a algo que me encanta. Al principio no me decidía,
primero porque mi trabajo en los trenes Alemanes es tan absorbente, que si
logro tener tres días seguidos en casa, mínimo uno me la paso rota del
cansancio tirada en la cama, casi en estado vegetativo y los otros dos toca
lavar el uniforme, organizar cosas y si tengo suerte de que me den un fin de
semana libre, me traigo a mis niñas y me dedico solo a ellas. Así que para
cambiar de empleo no hay mucho tiempo, porque aquí buscar trabajo es otro
trabajo. Pero luego, una noche, estando en la habitación de mi hotel en Berlín
me llega un mensaje de Fanya, mi hija menor, que decía así: “Mami ¿estás en
casa?” Yo: “No mi amor, este fin me tocó venir a Berlín” y ella me responde:
“Te quiero contar un secreto” Yo: “Cuéntame” Ella: “Es que ahora quisiera estar
contigo y que me hicieras cariño”. Ustedes no se imaginan cuanta impotencia y
cuanta tristeza sentí en ese momento. Mi trabajo me da para pagar las cuentas y
ayudar en la manutención de las niñas; pero me quita cantidad de tiempo que podría
pasar con ellas, que son, como ustedes saben, la razón de mi existir. Definitivamente
la cuenta no me estaba cuadrando, así que a la semana siguiente, me armé de
valor y metí la renuncia.
Por eso me encanta este año, porque sé, que si o si,
vienen grandes cambios para mi vida, la vida está cambiando cada segundo,
muchas veces uno ni cuenta se da; pero esta vez estoy consciente de que soy la
causante y absoluta responsable de todo lo que ocurra en mi vida, así que he
comenzado a trabajar en labrarme el camino en el que realmente quiero andar. Cuando
uno sabe lo que quiere, las puertas se abren y surgen las oportunidades. Cosas
nuevas vienen para mí, para mi familia, para mi gente en Venezuela y para mi
gente de aquí, cosas buenas nos están llegando y desde ya estoy emocionada con
los regalos de este nuevo año.
Tengo ganas de
seguir escribiendo, pero debo tener consideración con ustedes también ;)