Bueno…
Finalmente estoy de regreso en casa. Es raro, aunque esta no sea mi cultura,
aunque no me sienta realmente en casa: Cada vez que vuelvo a Basilea respiro
profundo y me digo a mi misma: “ Al fin estoy en casa”. Tal vez si estoy en
casa; pero tengo miedo de aceptarlo. Ojalá que no sea así; porque Suiza me
parece una ladilla y yo sé que no es un lugar apto para viejitas brinconas como
la que voy a ser yo ;)
Después de
36 días en mi amado país, llegó a mi apartamento en el tercer piso sin ascensor
y siento estar en el paraíso; aunque siendo objetiva más bien debí haber sentido llegar al infierno, porque
estaba hecho un desastre. Después de 10 minutos en el “mi misma” me susurraba
al oido: “ ¿No seria más fácil si cierras con llave y te buscas un nuevo
apartamento?”
De verdad
que, al realizar el tremendo caos en que dejé mi apartamento y en medio del
Jetlag fresquito que aún sigo sufriendo, hasta pensé en salir corriendo sin
mirar hacia atrás.
Pero mi
lugar favorito aquí en Suiza es este: Mi apartamento. Hay otros lugares en el
mundo donde quisiera estar; pero siempre quiero regresar aquí, porque
indefectiblemente de su ubicación geográfica, este es el espacio que me define;
quien entra en mi casa, sabe que todo lo que hay aquí es parte de mí, soy yo.
En este momento “mi misma” se está cagando de la risa porque mi apartamento luce
mucho mas femenino y romántico de lo que yo aparento; pero en algún resquicio
de mi subconsciente debo ser una damita jajajajaja!!! Además, aunque la
decoración sea medio shabby chic yo lo desordeno como si aquí viviera un
camionero!!! Eso me atormenta; pero no puedo evitarlo: Las tareas del hogar no
son mi fuerte y hasta hacer bolitas de moco me resulta más importante que
doblar la ropa limpia.
De igual
manera; este es mi lugar. Al fin pude ver a mis hijas después de tantos días. Ya
casi no podía hablar de ellas sin romper a llorar. Mis hijas son las únicas
personas de las cuales dependo emocionalmente.Ellas y mi país son mis tres
amores.
Todos los
que emigramos,solemos regresar a nuestro país de origen cada cierto tiempo;
pero los que salimos de Venezuela y regresamos a de visita a nuestro país, nos
encontramos siempre con un lugar totalmente distinto. Venezuela cambia constantemente,
lo malo, es que la mayoría del tiempo cambia para mal.
Así que encontrarme
con mi tierra es para mí como encontrarme con una persona adicta a le heroína o
con un enfermo de cáncer terminal: Cada vez más deteriorado. Pero al igual que
a ese familiar enfermo, uno sigue amando a su país, buscando en su semblante un
vestigio de que lo fué antes, buscando una señal que le dé paso a la esperanza,
un indicio de vida.
Yo no fui a
Venezuela a pasar vacaciones. Fui por mi negocio y para conocer personalmente
las organizaciones que nuestra Asociación apoya en el país. Queria ver con mis
propios ojos como trabajaban nuestros beneficiarios. Esa fue una muy grata experiencia. He
regresado con la cabeza llena de ideas para lleva a cabo nuestros proyectos y
convencida de que los venezolanos en el extranjero podemos contribuir en gran
manera al desarrollo de nuestra Venezuela.
Me fuí el 5
de febrero con la intención de regresar el 28 de febrero. Pero un incidente con
mi pasaporte me obligó a quedarme dos semanas más. De eso les cuento luego
porque es una historia muy larga.
Lo que si
es cierto (bueno, a parte de que no comí cachapas y no me bañé en la playa) es
que aprendí a desidealizar a mi país. Comprendí que si regreso pronto, no debo
esperar encontrar lo que dejé antes, que cuando vaya a Venezuela, debo ir sin
expectativas pero también sin miedos y que cuando esté en Caracas debo evitar
el Metro y aunque tenga el dinero para el taxi, mejor montarme en
camioneticas, porque allí se suben los vendedores ambulantes y unos cantantes
que son un vacilón.
De este
viaje tengo muuuuuuchooooooo pero muuuuuuuuuuuuchoooooooo que contar.
Ya mi
apartamento se ve lindo otra vez!! Gracias a dos angelitas que vinieron
ayudarme!! Yo estaba a punto de solicitarle al servicio de arqueología de la
ciudad que me enviara a unos excavadores para poder encontrar mi sala en medio
de toda la ropa!!
Solo me
falta planchar tres o cuatro blusas pero de aquí al año que viene lo logro ;)
Voy a
tratar de escribir más a menudo, para relatarles experiencias frescas. En la
próxima entrada les cuento sobre los panas de la cuadra. ¿Quien al regresar no
se encuentra con sus viejos amigos?
Hasta
pronto <3 <3 <3
Estas son mis princesas de los Hogares de Cuidado Diario de El Guapo: por esos niños, regreso un millón de veces más a mi país.