domingo, 14 de mayo de 2017

El shock de regresar a Venzuela aunque sea de visita parte III: de nuestra responsabilidad como venezolanos en el extranjero.

Hoy me vestí de negro. Aunque no me hice ningún selfie y lo publiqué en las redes aludiendo la situación. Me vestí de negro en solidaridad con las madres de los jóvenes caídos recientemente en la lucha por la democracia, el progreso y los derechos humanos en Venezuela.
A mi misma y a mí no nos gusta hacer mucho show con esas cosas. Y bueno, tampoco suelo vestirme tricolor; aunque me siento más venezolana que la cachapa. Como les he venido contando, hace poco estuve en Venezuela. Fui solo por tres semanas y terminé quedándome seis. Tuve un rollo con el pasaporte que después les voy a contar.
Esas seis semanas me sirvieron para contactar organizaciones y establecer contactos que en menos tiempo no hubiese podido lograr. Tuve la oportunidad de conocer gente maravillosa, gente que trabaja incansablemente por mejorar la calidad de vida de los venezolanos.
Estuve visitando el Fondo Único Social del Estado Miranda. Y la experiencia que tuve no pudo ser más grata: Gente que trabaja con un objetivo común en mente, que trabaja en equipo para lograr metas a corto, mediano y largo plazo, gente honesta y sobre todo realista, que aprovecha los recursos disponibles para satisfacer las necesidades de los sectores más desfavorecidos de la sociedad mirandina, basándose en los principios de la educación integral para fortalecer las bases de una sociedad que durante tantos años se han venido debilitando. Son un grupo de personas admirables. Es difícil creer que un país con tantas carencias, puedan existir todavía personas como ellos; pero déjenme decirles que no son los únicos.
Días después tuve la dicha de conocer personalmente a mi amiga y futura comadre Orielis Moreno, presidenta de la Fundación Unidos Somos Más. Es sorprendente que en un país donde la gente literalmente no tiene Ni jabón pa´bañase haya personas que trabajen DE GRATIS por el bienestar de otros. Les estoy hablando de madres de familia, de jóvenes que trabajan en empresas 100% y quienes sin embargo se toman el tiempo para ir a hospitales a colaborarle a quien lo necesite, ellos sacan el tiempo y los recursos de donde no los tienen y se toman su labor con total responsabilidad y seriedad, para ellos no se trata de un hobby: Para ellos es una obligación social. En septiembre del año pasado les mandamos donaciones y todavía a finales de febrero de este año las estaban entregando. Estiraron esas donaciones como si fuese plastilina, yo misma les ayudé a repartir las últimas cajas. Estoy metida en su grupo de WhatsApp y son como YVKE Mundial No duermen están todo el tiempo mensajeándose sobre medicamentos, niñitos en diferentes hospitales a quienes hay que socorrer, organizando eventos, haciendo reuniones y pare usted de contar. Ojalá que todos los venezolanos tuviésemos, aunque sea el 10% de esa vocación al servicio, esa seriedad y esa responsabilidad.
Pocos días antes de regresar a Suiza me contacta mi amiga María Mayora, la mamá de la niñita del champú: ¿No la conocen? Bueno, al final les paso el video.
Luego de ver el video y de intentar por muchos medios, finalmente logro contactar a María o, mejor dicho, ella me contacta a mí. Al principio la idea era enviarle una cajita con regalos a la niña; pero luego surgió la idea de hacer algo por su comunidad: Un comedor infantil para niños de 2 a 16 años con tareas dirigidas y educación moral y cívica en el cual puedan integrarse huertas comunitarias que hagan posible el desarrollo autosostenible del comedor. María, que es más pilas que Everready me puso en contacto con el Padre Ovidio, quien cuenta con la infraestructura, los contactos y la experiencia necesaria para llevar a cabo el proyecto. Ese sería el primer proyecto de la Asociación Venezolanos en Basel en nuestra tierra natal. ¡Solo de pensar en ello me da una emoción que se me agua el guarapo y se me eriza la piel!!
El pasarme ese tiempo extra en Venezuela, me hizo tomar conciencia del papel tan importante que juega la Diáspora venezolana en el desarrollo del país. Nosotros estamos lejos; pero no por ello somos menos importantes; de hecho, nuestro aporte es decisivo en la reconstrucción del país.
El pasado 7 de mayo llevamos a cabo un evento para recolectar fondos para el apoyo y desarrollo de estos proyectos. Le llamamos el Primer Bingo Bailable del Dia de las Madres. Muchos no estuvieron de acuerdo con que lo hiciéramos porque se suponía que debíamos estar de duelo por la muerte de nuestros muchachos durante las manifestaciones. De hecho, hubo una que dijo: Van a bailar tipo Maduro. Obvio que ese tipo de actitudes tan ilógicas no me dan menos que arrechera y mi misma diciendo: No, alquilamos un local y conseguimos música en vivo pa´ llorá juntos ¡¡Claro que no queríamos bailar a lo Maduro!! ¡Pero realizamos un evento para recolectar fondos para ayudar a nuestra gente!! ¡Porque los niños no se alimentan de lágrimas ni se curan con pancartas!! Claro que es importante que desde afuera manifestemos y demos a conocer lo que sucede en Venezuela; pero vamos a estar claros: La acción solidaria no está divorciada del apoyo moral; pero es más fácil que vengan personas de todo el mundo a una fiesta y colaboren a que asistan a una concentración o una marcha de un país que no les afecta para nada.
Así que nos pintamos una sonrisa e hicimos lo mejor que pudimos ese domingo y lo seguiremos haciendo porque los niños venezolanos no tienen la culpa de las mamarrachadas que cometen algunos adultos.
Ahora me voy a dormir porque ya se me hizo tarde y mi mamá me va regañar. ¡Por cierto!! Feliz día de la Madre y a las que no son las felicito igual porque, aunque sea una tética les habrán chupado por ahí ;)

Aqui les presento a mi queridísima niñita del champú !! Por cierto, este mes le envio unos regalitos, quien quiera contribuir con algo, puede contactarme y le llenamos una caja!! <3 <3 <3